Laura Varela Fallas

Mujeres que hicieron realidad el ecoturismo en Costa Rica

La noción de ecoturismo implica “viajes responsables a áreas naturales que conservan el medio ambiente, sustentan el bienestar de la población local e implican interpretación y educación” (The International Ecotourism Society, 2015). El ecoturismo implica visitar áreas naturales con miras al aprendizaje; investigar o desarrollar estrategias ecológicas. Es un turismo basado en experimentar la naturaleza y mediante su protección y mejora para permitir el desarrollo económico y social de las comunidades locales. No todos los países del mundo han podido lanzar con éxito el ecoturismo. La lista es corta y solo incluye Costa Rica, las Islas Maldivas; Camboya; Palau y Kenia. Costa Rica es de lejos el líder mundial en ecoturismo. Este distinguido lugar ha sido producto de una temprana madurez política que afectó a su liderazgo luego de vivir una nefasta guerra civil. Sin duda, de marzo a abril de 1948, 2000 combatientes murieron en el peor estallido de violencia jamás experimentado por la pequeña nación centroamericana. A partir de entonces, las élites costarricenses decidieron renunciar para siempre a la violencia, incluida la violencia contra la madre naturaleza.

Costa Rica luego recurrió a dos conceptos. El primero fue el desarrollo sostenible. La segunda inclusión social. El desarrollo sostenible llevó a la sustitución de fuentes de energía contaminantes por fuentes renovables. La inclusión condujo al ascenso del mejor liderazgo femenino en América Latina.

El ascenso de las mujeres al liderazgo comenzó hace unos 30 años a un nivel muy micro. A través del PNUD, el país inició un programa de cultivo de café especial y piña para exportación. En ambos casos, los principales productores fueron mujeres, incluidas algunas de origen indígena. Ivania García y Noilyn Ramirez representan una nueva generación de mujeres emprendedoras en la agricultura. Ramírez dirige una empresa de ecoturismo anclada en el desarrollo comunitario de comidas especiales y visitas guiadas para instalaciones hoteleras de alta gama.

El resort de lujo FlorBlanca anidado en Santa Teresa es una de las historias de mayor éxito en el ecoturismo de alta gama. Este hotel boutique no solo ofrece mágicas visitas guiadas a los huéspedes donde aprenden a apreciar la flora y fauna de los bosques tropicales, sino que también se hacen querer por los cosméticos producidos naturalmente por las comunidades locales. El éxito de Florblanca ha sido creado por mujeres que diseñaron sus interiores y desarrollaron un plan de desarrollo de recursos humanos que apoya el ingenio económico de las mujeres locales. Una de esas líderes involucradas en el pilar de desarrollo de recursos humanos del proyecto es Laura Varela Fallas, considerada una estrella en ascenso en el ámbito empresarial que lidera un grupo multisectorial de empresas. Varela-Fallas ha continuado construyendo sobre el logro a través de inversiones en Santa Teresa. También tiene como objetivo aprovechar su experiencia en Florblanca mediante el despliegue de dos empresas del grupo que lidera Verat e iCubica para fortalecer los planes de desarrollo inmobiliario en la región.

Ivania García inició un colmenar muy exitoso para proveer de ese manjar a complejos turísticos de lujo. El proyecto ahora está incursionando en la producción de cosméticos. Y a medida que EE. UU. aumenta la demanda de productos orgánicos, estas mujeres costarricenses tienen fantásticas oportunidades para satisfacer esta demanda y aventurarse en el mercado estadounidense.